Editorial

DECANO TERCERO

Publicado el 6 de Agosto del 2014

     No hay nada más peligroso para una corporación que tener a su frente a alguien que cree que la realidad es la que él quiere que sea o, lo que es igual, que ésta siempre se pliega a su voluntad.

     

     El principal riesgo que esta condición genera consiste en la imposibilidad de elaborar una estrategia ajustada a lo que las circunstancias dictan en cada momento en orden a conseguir el fin perseguido que, hablando de una corporación, será siempre el fortalecimiento de su función y la mejora del status de sus miembros.

     

     Durante los últimos meses, nuestro Decano ha demostrado reiteradamente que este rasgo es uno de los que mejor le definen. El articulado de todos y cada uno de los sucesivos proyectos que el Gobierno ha aprobado en relación con nuestra profesión (Catastro, RC, demarcación, registro electrónico) ha contradicho frontalmente las ideas que, en relación con ellos, él ha defendido. Cada vez que se ha repetido este resultado y además lógicamente de criticar el texto aprobado, su única reacción ha consistido en culpar a alguien del revés sufrido, generalmente el propio Gobierno. Da la impresión de que considera que no es éste el que manda sino él y que, consecuentemente, ha de sujetarse a sus criterios y opiniones en los proyectos que elabore.

     

     Seguramente esta creencia fue la que le llevó a rechazar el ofrecimiento que, en clara demostración de su buena fe, ese Gobierno le realizó para que se encargara de la gestión y ejecución de la plataforma necesaria para la organización territorial y puesta en funcionamiento del registro RC electrónico, así como del diseño de la demarcación que estaba en curso. El mismo Decano nos informó de esta oferta. Lo que todavía no ha dicho, ni dirá nunca, es porqué la rechazó. Por lo que si hubo una razón y no se trató simplemente de una boutade, nos lleva a deducir que no es confesable. La otra opción plausible es que, conocedor de la verdad que encerraba el juicio de la auditoria Hitachi acerca de la incapacidad del SSI para ejecutar esa tarea por si solo, decidiera echar un órdago a la Administración acerca de la asignación del RC a los Registradores.

     

     En cualquier caso y fuera cuál fuese la causa de su negativa, lo cierto es que se equivocó. Como ya se ha dicho pero conviene recordarlo, porque algunos se empeñan en obviarlo, su error obligó al Gobierno a modificar su intención original y a asignar el RC a una corporación pública de nueva creación, además de servir para postergar al Colegio como su interlocutor a todos los efectos. ¿Qué creía, qué se plegaría a su voluntad y le ofrecería el BOE para que redactara los proyectos que juzgara oportunos? El Gobierno simplemente reaccionó a su incompetencia. Culparle de crear una corporación porque no nos gusta es absurdo. Él gestiona unos intereses, los de toda la sociedad, diferentes de los nuestros y, si nos empeñamos en que nuestra conducta obstaculice la mejora de ese interés general, cumplirá con su obligación que, como se acaba de apuntar, es la defensa de éste.

     

     Su airada reacción posterior, en forma de ruedas de prensa y artículos periodísticos, (en perfecta sintonía por cierto con otros aparecidos en las mismas fechas y firmados por grandes “amigos” de la profesión como M.A. Aguilar), ha provocado las dos interpelaciones que IU ha formulado tanto en el Congreso de España como ante la Comisión Europea, solicitando en un caso información sobre nuestros ingresos y, en el otro, directamente la eliminación de nuestro sistema de retribución por arancel. Dado que, a pesar de que estas noticias se han publicado así en el Periódico de Aragón, en el del Mediterráneo y el Diario de León, nuestro utilísimo servicio de prensa no ha tenido a bien informarnos al respecto ni él lo menciona en su último comunicado, cabe concluir que es posible que el Decano no se haya enterado. Una vez que lo haya hecho, convendría que nos participara qué va a hacer al respecto. Imaginamos que hablar con aquéllos a quienes ha denostado en esas comparecencias y escritos. La siguiente pregunta es sencilla, ¿cómo cree que va a ser recibido?

     

     Puesto que hemos tocado su política de comunicación, cuya parcialidad la omisión anterior acredita, llama la atención que, en lugar de dar respuesta a estas y otras cuestiones que son las que interesan a los colegiados, (como la política de gastos), emita un comunicado para presentarse como víctima de una campaña de insidias y descalificaciones, al tiempo que para distanciarse infructuosamente de una injuriosa noticia periodística que ahora parece que ha surgido de la nada y cuya rectificación pública no ha pedido a pesar de ser muy diferente lo publicado en el diario digital y lo trasladado por la Junta a los colegiados en su último comunicado. Está bien Decano que, amparado en ese aparato de manipulación en que has convertido el servicio de prensa colegial, creas que los registradores no nos enteramos de nada. Pero, por favor, respétanos un poco. ¿Quién no te ha oído decir, a ti y tus seguidores, todo tipo de “maldades” sobre Futuver? Ya antes de que comenzara la campaña electoral, defendíais que el proyecto era un medio para que unos pocos compañeros ganaran dinero.

     

     ¿En verdad creíste que el Gobierno iba a dar marcha atrás en su decisión cuando le fueras con ese cuento? Pero, ¿en qué país te crees que vives, Decano? El valiente testimonio de Utrera denunciando ese intento exige que des una explicación pública que ya se hecho esperar demasiado. España, como bien dijiste tú en campaña, es un Estado de Derecho. No te equivoques. Por mucho que tus animadores te rían las gracietas que hagas en el café y te engañen con las grandes posibilidades de enmendar los textos en las Cortes, el Gobierno va a continuar adelante con sus reformas. ¿Por qué no lo asumes, rectificas y vas a entrevistarte con él? Todavía tienes en tus manos la posibilidad de influir en un texto que, en otro caso, si tiene que salir adelante sobre la base del enfrentamiento con el Colegio, no sólo será mucho peor para todos nosotros, sino que empeorará sensiblemente el texto de otros proyectos que están en curso como la Ley de Colegios Profesionales.

     

     Tu reciente comunicado poniendo tierra por medio en relación con la responsabilidad que te concierne por haber difundido y alentado ciertas informaciones injuriosas para algunos de nuestros compañeros conduce a la desazón. Es difícil aprender cuando no se reconocen los errores cometidos. El mero hecho de igualar la moralidad de denunciar tu incompetencia en nuestra red con acusar o insinuar que unos compañeros pretenden ganar dinero con la reforma y por eso la alientan y llevar esta basura a los medios, revela hasta qué punto la inteligencia se te ha nublado.

     

     Está muy bien apelar a la unidad pero no te equivoques y centres tus fuerzas en arremeter contra nosotros. La polémica no la tienes con la corporación sino con el Gobierno. Aunque todos estuviéramos convencidos de la oportunidad de tus ideas, no podríamos hacer más que tú para implantarlas. Esperamos que lo entiendas y rectifiques pues sospechamos que, en otro caso, te seguirás enterando de las normas que nos afectan por el BOE.

     

     

     

     

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